emprendedor

“Haz lo que amas y el dinero vendrá solo”: Este consejo es de los más engañosos que se comparten en el mundo emprendedor. Cuando llevas un tiempo trabajando bajo esa premisa te das cuentas que es más parecido a:

«Haz lo que amas. Cuando hagas lo que amas, es muy probable que te hagas bueno haciéndolo. Si lo haces bien (asumiendo que lo que haces genera valor a la gente), es probable que te paguen por hacerlo. Y, mientras empiezas a trabajar en lo que amas y te vuelves capaz de mantenerte haciendo solo eso, seguramente tengas que hacer otro tipo de trabajo que no ames para pagar tus gastos. Y aunque tal vez nunca te hagas rico, levantarte todos los días y disfrutar de tu trabajo es mejor que hacer mucho dinero con un trabajo que odies».

¿Qué te parece esta versión? Lamento si es algo diferente al consejo que te han dado, pero mi intención es no echar una cubeta de agua fría sobre tus sueños. Lo único que quiero es que leas lo que resta del artículo con los ojos abiertos, no quiero que tomes decisiones que podrías lamentar.

Para ser más precisos, quiero que aprendas a través de mis palabras a realizar un mejor trabajo de pasar de ser un estudiante/empleado a tener la vida que quieres como emprendedor:

Vivir el sueño

Yo me decidí a vivir el sueño el 30 de abril de 2013. Ese día me había levantado para ir a firmar el contrato de renta de una oficina para mi empresa; era un día trascendental en mi vida, me había levantado con el espíritu latente en mi corazón de que todo iba a salir de maravilla y que pronto sería amo de mi destino.

Durante ese tiempo prácticamente no estaba haciendo nada, había decidido tomar un descanso después de haberme graduado de la universidad, lo cual me permitió encontrar un momento de claridad sobre cómo y qué hacer más adelante.

Iniciando mayo de ese año me motivé por el deseo de hacer las cosas bien, de tener mi propio negocio y crecerlo, de convertirme en alguien que siempre había querido ser. Me atraía la idea de ser amo de mi tiempo, de levantarme para hacer las cosas que yo pensaba me agradaba hacer. Me gustaba la idea de empezar a que la gente me pagara por hacer lo que me gustaba; me agradaba la idea de las personas que conocería, las amistades que formaría y las historias que podría contar.

Y aunque yo vivía el sueño de todo emprendedor, y trabajando y buscando nuevas oportunidades y creciendo haciendo lo que amo, el dinero todavía no llegaba.

Pagando por el sueño

Durante el primer año con mi negocio, yo ayudaba a otras empresas con soluciones en TI (tecnologías de información) especialmente a pequeños y relativamente nuevos negocios. La paga era mínima ya es un sector en donde los pequeños negocios casi no se desenvuelven y cobrar una cantidad alta se traducía en un ‘no’ inmediato: ¿qué micro o pequeña empresa tiene capital para pagarle a un consultor en TI?

Durante los primeros meses los resultados variaban, pero al pasar el primer semestre empecé a sentirme estancado y la fuente de ingreso dejo de correr. Entonces me dediqué a buscar otras opciones para conseguir dinero.

Al no encontrar algo pronto, decidí recortar algunos gastos personales para tener el suficiente para ir a la oficina que rentaba (y hubo días que ni siquiera me alcanzaba para eso).

Al final la oportunidad se dio para que diera clases en la universidad donde estudié, y aunque era más un facilitador de materias en línea que profesor, el ingreso extra me sentó bien para quitarme un poco de presión.

Finanzas personales sin lamentar

Al final del primer año, sí hice dinero. Claro no era mucho y el dinero no simplemente llegó solo pero en su momento me pareció suficiente.

Ahora mientras más progreso y más alcanzo, obviamente ya no lo es. Ahora cuando la gente me pide mi consejo sobre dar el salto de fe y seguir sus pasiones, sin importar que sea el de emprender o no, mis palabras de consejo ahora siempre van con: “Primero, resuelve qué onda con el dinero”.

Es claro que el dinero no lo es todo, ni en la vida ni en la razón de volverse emprendedor, pero es una pieza clave en todo. Es como cuando inicias un negocio, si no tienes un modelo de ingresos claro simplemente esto no funciona, así igual es al momento de seguir tus pasiones.

Así que, ¿sigues motivado para hacer lo que amas? Espero que sí.

No hay mejor sensación que levantarte por las mañanas, emocionado para ir a trabajar y hacer lo que amas. Y mientras que hacer lo que amas no asegura que nadarás en dinero, si consideras el punto anterior, podrás hacerlo por mucho tiempo.

Desde mi punto de vista, eso es lo único que importa al final.

Imagen de Neyro´s en shutterstock

2 comentarios

  1. Quizá desde la perspectiva de un «emprendedor» eso aplique, pero no cuando en verdad persigues tus sueños. No a todos les (nos) pasa que trabajamos en un sueño que sí rinde beneficios. El trabajo duro sí te alcanza para cumplir con tus metas e incluso en una profesión tan difícil como puede ser el arte, es muy posible vivir de ella sin necesidad de «sufrir».

    Quizá tu error fue no planificar la estrategia y realizar un plan de negocio con los diferentes escenarios, pero no significa que todos deben hacer algo que «no les guste» sólo porque la primera oportunidad no rindió frutos como se esperaba.

    No es fácil, pero no se puede generalizar.

    1. Primero que nada, no creas por el hecho de ser «emprendedor» no sigo mis sueños… mis sueños son volverme un gran emprendedor y crear empresas que ofrezcan a la gente un beneficio, que tengan impacto, me parece una actitud agresiva a decir que nosotros los emprendedores no busquemos también cumplir sueños. Tal vez no son sueños tan nobles como compartir tu arte, o curar el cancer o algo así pero no supongas que nuestros sueños son pequeños o no valen comparado a otros.
      Y sí, el trabajo duro rinde sus frutos, pero no es de inmediato, hasta el más grande artista tuvo que sufrirle para ser reconocido, nadie llega a la vida siendo un éxito inmediato.
      Y no te creas, yo realice mis planes estratégicos y los planes de negocio avalados por mis mentores durante la universidad pero quiero aclararte que solo por tener un plan no significa que el 100% va a salir bien, eso sería maravilloso pero no pasa, hay fallos que uno como emprendedor tiene que sufrir para seguir aprendiendo.
      Y yo nunca dije que tenían que hacer algo que no les guste ese no es el mensaje de mi articulo, solamente quiero aclarar a los lectores que van a tener que pasar ciertas decepciones y momentos difíciles pero que al final todo va a valer la pena.
      Y tú mismo lo dices: no se vale generalizar, mucha gente tiene que fracasar más que otros para llegar a cumplir sus sueños y en este caso ser un empresario de éxito; no todos nacemos con un gran talento que facilite las cosas, muchos tardamos años encontrando lo que amamos y lo que sabemos hacer bien. Y en esta parte el dinero para seguir aflote ayuda mucho.
      Gracias por leer el artículo y comentar. Saludos,

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