Hemos dado un vistazo a lo que ha significado ser emprendedor a través de la historia, es interesante ver como de acuerdo a las necesidades del entorno los perfiles van cambiando y pasamos desde los cazadores de la prehistoria, Alejandro Magno hasta Steve Jobs.
La cualidad en común de estos personajes fue la pasión determinante con la que emergieron y trabajaron sus ideas en la realidad que les rodeaba, lo cual me parece una de las principales cualidades del emprendedor en todos los tiempos.
Si bien, hay pasión y determinación en el emprendedor, toda iniciativa o proyecto nace de una idea y las ideas te pertenecen como ser humano, una exclusividad de nuestra especie. Pero ¿cómo ser una máquina de ideas al servicio del emprendimiento?
Realmente no se necesita ser un experto para generar una idea brillante en alguna temática, incluso déjame decirte que Steve Jobs no terminó la Universidad pero la reemplazó por la Institución de Enseñanza de la Vida y concretó sus esfuerzos en su idea.
Parte de la genialidad, la innovación y la creatividad responden a una búsqueda constante de ¿Qué más hace falta? El sentimiento de que no todo está inventado, de que algo se puede mejorar de maneras más efectivas, de crear productos que la gente no sabe que existen pero que responden a una necesidad no descubierta, es el camino que lleva al nacimiento de las ideas trascendentales.
Llegar a ideas transformadoras de vida no tiene una fórmula pero ciertamente puedes hacer el camino más corto empezando por ti. Un punto importante a analizar es conocer tu talento, es decir, reconocer aquellas habilidades que te hacen destacar de los demás. Si consigues reconocerlas puedes empezar a trabajar en desarrollarlas y saber manejarlas a tu favor. Para ayudar en ese proceso te presento a lo que yo llamo: Ser un emprendedor “in”