“You cannot delegate and forget it” – frase anglosajona

¿Cuántas veces no hemos visto personas que son multitareas? Que llevan a cabo demasiadas actividades y siempre los ves agobiados, estresados, de malas, trabajando horas y nunca acaban. Esto definitivamente no es algo bueno ni para el empleado ni para la empresa. Por eso es preciso tener el suficiente personal y saber delegar ciertas actividades, para que todos sean productivos.

La delegación se refiere a conceder a otra persona la autoridad necesaria para que actúe en nuestro nombre, tome decisiones y/o acciones específicas en la gestión empresarial. Cuando se concede esa autoridad y responsabilidad, nos comprometemos con la decisión tomada.

La función de delegar, obtener resultados y la toma de decisiones se basa en 3 aspectos:

  • Refuerza la influencia del Gerente.
  • Proporciona el medio para que este Gerente desarrolle el liderazgo a través de la experiencia.
  • Aumenta el sentido de responsabilidad del Delegado.

Las actividades y funciones que lleva un empleado dependen del tamaño de la empresa. Si es pequeña, lo más seguro es que una sola persona tenga diversas funciones. A comparación de una grande en donde se llevan a cabo más actividades, y por lo tanto, se delegan a otras personas para llevar un control de las mismas. Algo que se da mucho en empresas grandes, es cuando un empleado, a pesar de que puede y debe delegar tareas, no lo hace. Se siente imprescindible, tiene aversión a la delegación y prefiere hacer las cosas solo, que compartir esas funciones con alguien más.

En algunos casos, será necesario si no se cuenta con una persona que los apoye. Pero en general no es lo recomendable, debido a que baja la productividad. Existe un malentendido muy común, y que es importante tomar en cuenta. El hecho de delegar tareas, no significa desentenderse de las mismas. Uno delega tareas, más no responsabilidades. El nivel superior es responsable por lo que haga el nivel inferior, ya que debe controlar que éste haga las tareas de forma correcta. Por mucha confianza que se llegue a tener a los empleados, siempre se debe supervisar su trabajo. Ya que si llegan a haber errores, no sólo es culpa del que ejecuto mal las tareas, sino del siguiente en el nivel por no revisar lo que hacen sus subordinados.

¿Qué es lo que se debe delegar?

  • Actividades de rutina con menor trascendencia.
  • Aquellas que pongan a prueba la capacidad y experiencia del subordinado
  • Aquellas donde puede desarrollar su especialización.

Por el contrario, lo que uno nunca debe delegar es:

  • Todo su trabajo
  • Aquellos de mayor importancia y donde las decisiones que se toman son más delicadas.
  • Aquellos que repercuten más en la empresa
  • Evaluaciones de recompensar o castigos.

Pregúntense si sus empleados, o mandos medios,  tienen las suficientes actividades para mantenerse productivos. Qué tanto trabajan con su equipo y saben delegar tareas. No se trata de contratar a mucho personal y tenerlo ahí para lo que se ofrezca, si no los van a especializar o involucrar debidamente delegándoles tareas. Esto no sólo para mejorar la productividad del mismo sino también el de la compañía.

 

@leonoration

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