«Si una persona practica juegos de azar, toma droga o bebe de forma descontrolada, estas conductas son consideradas reprobables ante uno mismo y antes los demás. Pero trabajar más de la cuenta, incluso en fines de semana o renunciando a las vacaciones, parece algo respetable»,  Marisa Bosqued.

Hoy, emprendedor, quise iniciar esta nota con esa frase para invitarte a reflexionar. ¿Te parece familiar el concepto?, ¿crees que sea algo «respetable» cuándo se trata de trabajo?

El estrés es el pan nuestro de cada día, eso una realidad, y está relacionado con el trabajo en exceso: esa transformación de ser un buen empleado a convertirse en un workaholic. El trabajo en exceso suele confundirse con el deseo de progreso profesional para el entorno actual donde contar con un título universitario ya no es suficiente. 

Pero ¿quién es un workaholic? Según WordReferece, se trata de una persona obsesiva adicta al trabajo. Hablando desde mi experiencia, te comparto que el trabajo en exceso no siempre me ha dado los resultados esperados.

Aquello que esperaba y no conseguí:

  • Tener reconocimiento por el trabajo extra que realicé. Si bien es cierto que una característica de los líderes y emprendedores es su disposición para dar un esfuerzo adicional,  después de dos años de dar ese extra, mi jefe lo veía como algo normal ya que «siempre das más de lo que se espera de ti, Ale, es lo que esperamos siempre».
  • Contar con momentos personales. Otro resultado común en el exceso de trabajo es que tu tiempo, ya no es tu tiempo. La adicción al trabajo abrió las puertas a tener que estar disponible en cualquier momento y lugar. Mi número personal dejó de ser personal y se convirtió en mi segunda línea directa de trabajo. Ni qué decir de la maravilla del smartphone, donde puedo consultar el correo electrónico en caso de algo urgente que nadie más en el mundo puede resolver y que no puede esperar al día siguiente.
  • Estar al pendiente de tu familia y amigos. Cuando trabajé en exceso el contacto con mis seres queridos no me permitía estar realmente ahí, pues estaba muy cansada o compartía momentos de angustia pensando en todo lo que faltaba por terminar.
  • Sentirme bien en cuerpo y mente. El peor de todos los resultados, ya que trabajando en exceso comencé a tener ansiedad, irritabilidad y algunas veces insomnio. Todo lo anterior mezclado con la falta de descanso y en algunos casos de una buena alimentación. Por último ese dinero tirado a la basura de los meses pagados en gimnasios y actividades deportivas y recreativas a las que no pude llegar.

¿Te identificas con alguno de estos resultados no logrados? Si la respuesta es «sí», tal vez estés trabajando demasiado y aunque querer alcanzar objetivos profesionales altos o buscar el éxito de tu emprendimiento no es malo, recuerda encontrar el equilibrio, tanto si estás trabajando en exceso como si eres el líder que está provocando esa presión en tus colaboradores.

Todos los excesos son malos y debes disfrutar de cada oportunidad que tienes de vivir. Lo que te comparto son acciones sencillas que pueden dar equilibrio a tu vida y dejar atrás éste mal habito.

A mí me funcionó:

  • Establece tu horario máximo de trabajo. Si bien es cierto que, en ocasiones, algo urgente se presenta y hace que te quedes hasta tarde en la oficina, determina la hora en que dejarás el trabajo y continuarás al día siguiente.
  • Prioriza actividades y objetivos diarios. Cuando tengas el total de cosas por hacer, evalúa qué eres capaz de resolver en tu horario de trabajo de acuerdo a tu hora máxima de trabajo.
  • No uses tu móvil personal para recibir correos y llamadas de trabajo. Aunque es complicado, sobre todo si eres el líder  emprendedor, trata de mantener separados tus objetos personales de los profesionales, así sabrás que al recibir un email o una llamada existe una alta posibilidad de que se trate de algún amigo o familiar que desea saber cómo te va.
  • Agenda actividades recreativas con amigos y/o familia durante la semana al menos una vez al mes. Lo más importante es que respetes estas actividades. Procura no solo establecerlas en tus días de descanso para que sean actividades relacionadas con tus hobbies y preferencias.
  • Respeta tu tiempo de comida. Si quieres cuidar tu salud, procura respetar tu tiempo de comida ya que tu cuerpo necesita de los alimentos para mantenerte sano y rendir en la jornada.
  • Comienza a decir «no». Por último, recuerda que en algunas ocasiones es necesario decir «no». Esto te ayudará a devolver el equilibrio en tu vida personal y profesionalmente hablará bien de ti al poder realizar de forma rápida un balance de actividades y objetivos por lograr.

¡Feliz emprendimiento!

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