Al iniciar algún proyecto, comenzamos preguntándonos el motivo o la razón que justifique la dirección que hemos decidido tomar.
A continuación presento una gráfica, donde podemos observar 3 preguntas básicas que todos nos hemos hecho antes de dar algún paso, aquí lo importante es determinar el órden en que nos haremos estos cuestionamientos, ya que si analizamos, es más fácil iniciar de afuera hacia adentro que viceversa, sin embargo, este flujo nos llevará a fallar en alguna de nuestras respuestas, ya que la dirección correcta que este cuadro debe tomar, es de adentro hacia afuera.
Daré un ejemplo para que quede más clara la gráfica anterior.
Podemos saber fácilmente, qué queremos: un helado, para qué: para pasar un tiempo agradable con el novio o la novia, y por qué lo queremos: … porque se nos antojó, porque a él o a ella le gustan, porque es barato, porque así podremos tener tiempo para charlar. Existen infinidad de respuestas para esta última pregunta, y si sabemos por qué estamos haciendo las cosas, sabremos perfectamente para qué lo hacemos y qué estamos haciendo.
Entendamos lo siguiente:
¿Qué? Nos indica la naturaleza, la cantidad o la intensidad de alguna cosa
¿Para qué? Nos indica la finalidad con la que hacemos una acción.
¿Por qué? Nos indica la causa y la razón por la que hacemos una acción.
Si conocemos la causa, las respuestas saldrán espontáneamente, pues entonces sabremos la finalidad por la que hacemos las cosas y la naturaleza de ellas. Es importante considerar que a pesar de que la línea diferencial entre una pregunta y otra es muy delgada, hay formas de responder adecuadamente, tomando en cuenta sus diferencias.
Si iniciamos un proyecto, es fácil saber ¿qué hacer?, poner un restaurante ¿para qué lo hacemos? Para ser independientes, para tener mejores ingresos, pero si ante todo definimos ¿por qué lo hacemos? Porque así formaré el patrimonio para mi familia y heredaré a mis hijos este negocio. Entonces será más fácil mantenernos en el objetivo que tenemos, a pesar de que las circunstancias se tornen complicadas.
Definir la causa del por qué daremos un gran paso, al emprender un nuevo negocio, puede ser el punto clave para tener éxito, ya que esto nos llevará a tener claro el panorama; generalmente son razones personales que llevan al ser humano a un estado de plenitud y tranquilidad, puede involucrar terceras personas, no obstante, si esta causa depende de alguien más, podríamos colocarnos en una situación de riesgo, ya que generaríamos una relación de dependencia y restaríamos objetividad al proyecto.
Por lo tanto, precisemos siempre antes de cualquier decisión, el rumbo de nuestro trayecto, recordando que el orden en que debemos responder las preguntas básicas, será clave fundamental para que nuestro desarrollo de proyectos sea exitoso.