Cuando estás trabajando en una oficina lo que quieres es literal, pasar un buen rato. No quieres ser esclavo y hacer las cosas sólo por necesidad, si no porque realmente te gusta lo que estas haciendo. Para esto se incluyen muchos factores, pero uno de ellos es el ambiente laboral; más específicamente, el trato que tienes con tu jefe o viceversa con los subordinados, si es que tienes.

Lamentablemente se da muy frecuentemente los conflictos entre jefe y empleados, los cuales pueden ser por remuneración, productividad, falta de conciliación entre tu vida laboral y familiar. Incluso cuando quieres participar en procesos de tomas de decisiones porque sabes que te puede afectar directa o indirectamente pero no te hacen caso. Y el conflicto más preocupante, cuando se hacen llamadas de atención delante de otros compañeros, lo cual afecta a la autoestima. Todo estos es un inicio del Mobbing, que es emplear la violencia psicológica, una demostración agresiva de hacerte ver quien tiene el poder, independientemente de que estés bien o mal en tus actitudes y actividades diarias.

Otros casos que causan conflictos es cuando la empresa decide cambiar su estrategia de negocios. Por ejemplo cuando se busca reducir costos pero con la misma calidad. Claro que sería una excelente estrategia, siempre y cuando se tomen en cuanto al esfuerzo de los empleados. Porque únicamente se están fijando en reducir costos, en buscar un beneficio para la compañía pero no para el recurso humano. Si a ellos se les pide trabajar más por menos, no todos responderán de la misma forma y puede resultar en una desmotivación personal.

Tambjefeién la excesiva presión de los jefes cuando necesitan resultados a corto plazo. Si bien hay quienes pueden trabajar bajo presión, está comprobado que siendo excesiva, te puede generar cuadro de ansiedad y estrés laboral. Por ello es necesario y recomendable que las empresas cuenten con espacios o convenios con gimnasios para que el empleado pueda hacer ejercicios y terapias de relajación para descargar la adrenalina que su cuerpo acumula. Si para la compañía es difícil lograr esto, entonces como empleado deberás organizar tus tiempos, o como jefe entender las necesidades de tus empleados.

Si quieres evitar conflictos con los jefes, puedes seguir los siguientes sencillos consejos:

  1. Debes entender que no siempre vas a tener la razón. Siempre es bueno tener la opinión de otros así como de tu jefe para que te oriente o te de otra perspectiva de como mejorar las propuestas.
  2. No hagas grandes los problemas. A veces las cosas sencillas son las que sacan de quicio pero es mejor mantener la calma y evaluar los escenarios. Finalmente estás no sólo para hacer tu trabajo sino también para proponer, resolver y evitar fallas.
  3. No juzgar. No hagas lo que no quieras que te hagan, no hables mal de la gente y mucho menos con tus jefes ya que pierdes seriedad y credibilidad ante el mismo.
  4. Piensa antes de hablar.
  5. Todos tenemos nuestros días. Así como tu tienes muchas cosas en la mente, sean laborales o personales, los jefes también los tienen. Incluso pueden llegar a tener mucha más carga porque tienen que reportar igual a sus superiores del trabajo de todos sus subordinados.
  6. Reconoce el trabajo. No sólo es trabajo del jefe reconocer el trabajo de sus empleados, hazlo tú también hacia él. La mayoría de los casos, él es quien te está dando el empuje o te motiva a lograr tus objetivos.
  7. No ofenderse por cosas que no valen la pena. Mejor enfocarse a lo que se puede resolver.
  8. Mantener una buena relación. Desde un inicio debe haber química entre el jefe y los empleados, esto es importante para el logro de las tareas. Si empieza bien, se tendrá una buena y productiva relación a lo largo del tiempo.
  9. Aprende a separar lo laboral de lo personal. Pueden tener una buena relación, comunicación y confianza. Pero es mejor separar estos ámbitos para no afectar una a la otra. No involucrarse de más en cualquier aspecto, para evitar problemas futuros entre ustedes o ante los demás.

No existe el trabajo perfecto, siempre van a existir dificultades donde sea que te encuentres. Recuerda que pasas la mayor parte de tu tiempo en la oficina que en tu hogar. Así que es mejor evitar problemas y mantener una relación sana con tu jefe. La base es la misma que con cualquier otro tipo de relación: Compromiso, confianza, comunicación y respeto.

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