Cleverflow es una plataforma web que permite hacer publicidad segmentada en Twitter a través de influenciadores seleccionados por cada marca o persona. Esta iniciativa fue creada por un equipo de jóvenes emprendedores (menores de 30 años), Carlos Espinoza y Victoria Tagle, y llegó para empoderar a todo el que tenga una audiencia en Twitter y dar control a los anunciantes sobre sus campañas.
Se diferencia de sus competidores por su sistema complejo de algoritmos que permite a los anunciantes escoger a los mejores influenciadores para cada campaña y les brinda información relevante para monitorear todas las actividades y campañas que lleven a cabo usando la plataforma.
Además, Cleverflow emite facturas y genera reportes de cada campaña para todos sus clientes.
La idea nació cuando Carlos y Victoria observaron que no existían datos duros sobre el nivel de influencia y audiencia real (libre de bots) ni mucho menos un medio que marcara la pauta de precios que al mismo tiempo les permitiera tener control sobre campañas de influencers.
Por su parte, en cuanto a los influenciadores, el equipo de la marca detectó un gran problema: hay mucha gente con audiencias grandes y relevantes, pero no existe un medio establecido que les ayude a monetizarlas, lo cual hace que la cancha de juego sea completamente desigual.
“A veces parece que es más importante la cantidad que la calidad. Hay personas con audiencias más pequeñas pero se encuentran muy involucradas y otras con audiencias enormes que pagaron por sus seguidores. Lo cual se traduce en poca transparencia y estándares de pago desiguales en las campañas en redes”, explican sus creadores.
Por todo ello, el sistema de algoritmos de Cleverflow también ayuda a los influenciadores a valuar con un precio justo su participación en campañas: característica particularmente atractiva para twiteros, no necesariamente celebridades, pero que cuentan con grandes audiencias que están interesados en monetizar sus cuentas de forma segura.
Así, al usar la plataforma, los influenciadores tienen acceso a una gran oferta de campañas, se ahorran tener que lidiar con clientes de manera directa, tienen pagos puntuales asegurados y control absoluto sobre las campañas en las que participan, pues no solo deciden con quién quieren colaborar sino también, si así lo desean, pueden redactar cada uno de sus tweets.
