¿Cuántas veces te ha pasado que tienes una muy buena idea, y cuando quieres hablar de ella, o ponerla en práctica, no sabes de qué se trataba? ¿Cuántas veces te recomendaron un buen libro y, cuando estabas en la librería, no te acordabas del título? ¿Cuántas veces te quedaste con ganas de ver una película o de volver a escuchar alguna canción, pero simplemente no te acordabas del nombre?

 

Hmmm… ¿Ya perdiste la cuenta?

Yo sí, ja.

Día a día, nuestra mente trabaja en muchas cosas, cómo mantener nuestra rutina, recordar los pendientes, soñar, y, entre todas esas cosas, pueden surgir comentarios, ideas, propuestas, que en algunas ocasiones son geniales, y por alguna u otra razón, simplemente se nos olvida.

Sí, ya sé que no nos encanta la idea de no poder recordarlo todo, es más, yo era de las que me consideraba con una excelente memoria. Sin embargo, me he dado cuenta que, al pasar el tiempo, ésta me falla y me delata más de lo que me gustaría. Puede llegar a ser frustante, ¿verdad?

 Tomando notas

Evidentemente, desconozco la cantidad de ocasiones que te ha pasado esto, el caso es que era algo que me ocurría muy seguido y me molestaba, hasta que, un día cualquiera, mi querido padre me sugirió que anotara cada idea que se me ocurriera, fuera lo que fuera. Finalmente, en otro día cualquiera, le hice caso y me compré una libreta que siempre cargo conmigo, y anoto todo lo que me parece relevante, o que considere que en algún momento de mi vida pueda necesitar. En la oficina, tengo post-it, y anoto cualquier cosa interesante, así sea una frase, una palabra, lo más aleatorio que se les ocurra, y ahí está, pegado en el borde de la pantalla de mi computadora. Luego, al final de la semana, los recopilo, y copio lo importante en mi libreta. Después de cierto periodo – que casualmente coincide con cuando me gasto la libreta, ja –  los releo, y hago lo correspondiente: pongo en práctica las ideas, compro el libro, veo la película, etc…

Créanme, es un hábito simple, pero muy útil, porque olvido menos las cosas – personalmente he comprobado que el simple anotar me ayuda a recordar – y cuando no queda en mi memoria, recurro al cuaderno. Sé que en algún momento, esa nota me servirá para generar una idea más completa, más ordenada, más planeada, y que me puede ayudar en cualquier momento.

Así que, ¡a anotar se ha dicho! ¡Tomen notas de sus ideas!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *