Si las siguientes frases te suenan familiares, este artículo es para ti:

“Mañana lo termino”

“Ya casi lo empiezo”

“Aún hay tiempo”

“Ahora sí, mañana!”

“Sé que tengo que hacerlo, pero ya más tarde lo hago”

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Las frases anteriores corresponden a la postergación, definida por Donald Maqruis como: “El arte de mantenerse en el ayer”.

Cuántas veces nos desviamos de nuestro objetivo principal, incluso preferimos hacer cualquier otra cosa, antes que lo que tenemos pendiente.

¿Por qué?!! ¿Por qué retrasamos algunos proyectos o acciones?

A veces retrasamos entregas importantes de proyectos o pendientes, por:

  • ·         Miedo al fracaso
  • ·         No saber por dónde empezar
  • ·         Desinformación del proceso a seguir
  • ·         Predisposición a que será difícil
  • ·         Relajar el trabajo respecto a la fecha de entrega
  • ·         Evadir la realidad

 

Lo que alguna vez fue una idea de proyecto genial, en la cual tenías mucho empeño en trabajar, se está convirtiendo en una pesadilla. ¿Cuándo fue que cruzamos ese límite entre el entusiasmo, y el fastidio?

Y todo por no tener un plan de acción y una correcta administración del tiempo.

Es tan fácil dejar para mañana lo que podemos hacer hoy, pero es difícil lidiar con el estrés y la culpabilidad cuando se está acercando la fecha límite de cumplimiento.

¿Cómo cambiar  este horrible hábito?

Muy fácil, para un gran cambio, necesitamos comenzar con un pequeño paso. Sabemos que de la noche a la mañana no sucederá lo anterior, ya que se necesita perseverancia y sobre todo actitud para cambiar las cosas, pero paulatina y constantemente lograremos ver la diferencia en un periodo de tiempo no muy largo.

Con los siguientes 6 consejos podremos comenzar a marcar el rumbo:

  1. Priorizar. Es de vital importancia priorizar las actividades a realizar para gestionar adecuadamente nuestro tiempo y enfocar esfuerzos en las actividades más urgentes por ejecutar.
  2. Fijar tiempos. Proponernos hacer algo diariamente para comenzar con esos proyectos pendientes; por ejemplo si trabajamos 15 minutos diarios en las tareas más urgentes, estaremos dando un buen paso para cumplir con lo acordado.
  3. Paulatinamente ir aumentando el tiempo de trabajo, subir la intensidad. Por ejemplo añadir más minutos al leer, de tal manera que lo convirtamos en un hábito, si antes leíamos 10 minutos diarios ahora cada semana aumentar 2 y así nos vamos acostumbrando al cambio.
  4. Comenzar con un cambio a la vez. Es mejor comenzar poco a poco, ya que al querer alcanzar todo, nos sobrecargaremos y no lograremos nada.
  5. Tomar descansos. Todos necesitamos despejar nuestra mente en momentos, ya que nuestra concentración  después de una hora de trabajo es difícil mantenerla, por lo cual es adecuado tomarnos unos minutos para relajarnos y volver a la actividad.
  6. Recompensarse. Una vez finalizada una meta pendiente, es bueno darse una pequeña recompensa que nos permita seguir motivándonos. Después de haber trabajado podemos brindarnos 10 minutos de entretenimiento ya sea viendo un poco de tele, leyendo o realizando alguna actividad que disfrutemos.

Además de los puntos anteriores es muy importante alejarse de distracciones, como ruidos, televisión y si no es tan necesario el internet para lo que estamos trabajando,  es mejor trabajar sin conexión o por lo menos alejarnos de las redes sociales. Como consejo se puede establecer un espacio especial para trabajar, y al escogerlo, debemos fijarnos que tenga, luz, ventilación y muebles adecuados para realizar nuestras actividades.

Otro factor importante es el de crear rutinas, ya que al momento de fijarte una hora específica para trabajar en los pendientes y mantener este hábito, tu cerebro se irá acostumbrando a que es momento de empezar a trabajar; de la misma forma es importante establecer un horario de termino, para crear rituales que nos permitan identificar la transición de una actividad a otra.

Finalmente debemos considerar que la postergación implica un alto grado de estrés, lo cual puede resultar muy agotador en nuestras vidas.

Te dejo con la siguiente reflexión ¿Qué es lo peor que podría pasarte si, haces ahora mismo lo que estas postergando? Así que pasemos a la acción.

Espero te haya sido de utilidad este artículo gracias por tus comentarios 🙂

 

Referencias: Mandino, o. (2011). La universidad del éxito. Debolsillo.

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