Hablar de magnetismo es hablar de un extraño embrujo que unas personas tienen y otras no; de una extraña cualidad que hace que productos tan caros como los iPhones o las iPads se vendan por millones (incluso antes de su salida al mercado), mientras que poderosos artículos de la competencia tengan que ser rematados prácticamente sin utilidad.

Una vez le pregunté a un maestro de canto qué creía él que hacía la diferencia entre un buen cantante y uno malo (por algún momento pensé que la tesitura, por ejemplo, de un tenor, era más bella que la de un barítono) y él me respondió con un ejemplo simple, que seguramente te hará entender un poco más acerca del magnetismo en tus productos o servicios. El maestro de canto me dijo que preguntar lo que hacía bella una voz era posiblemente tan ocioso como preguntarse qué es lo que hace bella a una mujer. Hay mujeres morenas hermosas, latinas bellísimas, negras guapísimas y rubias súper atractivas… El color no hace bella a una mujer sino que hay un algo especial en algunas mujeres que las hace sobresalir de la mayoría por su belleza. Ese algo que muchas otras mujeres no tienen.

Pretender descifrar aquí por qué hay algunas empresas que generan marcas, productos y servicios muy atractivos, mientras que otras pasan a la historia sin pena ni gloria, posiblemente sea tan ocioso como intentar definir qué es lo que hace bella a una mujer o a un hombre o a una voz o a una pintura. Por alguna razón hay empresas que tienen magnetismo y otras que no. Sin embargo, no quiero terminar este artículo diciéndote que seas magnético pero sin siquiera dar un esbozo de cómo puedes crear productos y servicios magnéticos para tu empresa o nuevo negocio. Así que te daré 5 tips que he observado para crear marcas, productos o servicios magnéticos y poder cumplir una de las leyes del marketing, el arte de las ventas espontáneas.

  1. Cumple una función estética. Sigue las tendencias de la estética en tus productos o servicios y tendrás más posibilidades de generar productos magnéticos.
  2. Crea una personalidad propia y congruente para cada uno de tus productos o servicios. A veces, la sola imitación por ejemplo, de una publicidad que cumpla alguna función estética, puede resultar contraproducente cuando los productos que vendes no satisfacen esa estética que promueves. Mientras más congruente sea la publicidad con la forma de tus productos y servicios, tendrás más probabilidades de ser magnético.
  3. Cuida las formas. Dicen que muchas veces las formas identifican el fondo. A veces pensamos que por cumplir con la función de nuestro producto o servicio (y si estos son de calidad), el cliente se sentirá atraído hacia nosotros. Sin embargo, pasa todo lo contrario. En incontables ocasiones, un producto o servicio mejor presentado robará más la atención que uno de mejor calidad pero mediocremente presentado. Piensa que tal vez hay mejores chocolates que los Ferrero, pero el solo hecho de verlos envueltos en ese papel dorado, hace que nos den unas ganas locas de probarlos.
  4. Cuida tus tratos. Las formas no sólo vienen de presentar los productos de determinada manera. Estas vienen incluso desde la cabeza de las empresas. Marcas magnéticas como Armani, Omnilife o Google, resultan ser magnéticas por el magnetismo heredado de sus fundadores. Los fundadores como Giorgio Armani, Jorge Vergara o Larry Page y Segey Brin tienen personalidades magnéticas que plasman en sus empresas a las que comienzan a seguir millones de personas. Cuida tener una personalidad magnética y seguramente tus marcas lograrán los mismos resultados.
  5. No intentes vender, siempre agrega valor. Cuando te involucres en una campaña publicitaria o de marketing, aunque sea pequeña, nunca intentes vender tus productos, siempre intenta agregar valor a tus clientes incluso desde el diseño de tus anuncios. Agrega valor todo el tiempo. Incluso cuando estés vendiendo. Mientras más valor agregues a tus prospectos (aunque no te estén comprando), más fácilmente regresarán a ti y con más fuerza.

Así que si quieres tener ventas espontáneas, tendrás que agitar la varita mágica del marketing y repetir el conjuro de la tercera regla: «Convierte tus productos y servicios en imanes independientes y venderás por siempre».

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Luis Díaz

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