emprendedor social

La inspiración está en los detalles, y Guadalupe de la Mata se veía lejos del impacto real de su trabajo. Se ocupaba del área de microcréditos y negocios inclusivos en el Banco Europeo de Inversiones y otros organismos internacionales de desarrollo. Europa, África, Caribe, Pacífico, Asia Central… Una perspectiva amplia en estrategias de apoyo al emprendimiento y la innovación, pero perdía lo que más le interesaba: el contacto con las personas.

Por eso en 2012 pidió un año sabático, para irse allí abajo, donde la gente inventa su vida. En este tiempo de cambios y novedades entra en contacto con el Impact Hub de Madrid, un espacio de ideas y proyectos en torno a la innovación social del que también es inversora. Y es ahí como crea Innovation for Social Change, un espacio que nace hace tres años como blog y ya está en camino para convertirse en un Think Tank.

Hoy imparte formación sobre estos temas en posgrados, maestrías y organizaciones sociales, así como en talleres de empresas. Busca sobre todo entender y transformar la conciencia de las personas.

Pregunta. Dígame las claves para ser un emprendedor social.
Respuesta. La mayoría de las empresas sociales parten del deseo de cambiar las cosas, de responder a una necesidad social. Se trata de buscar el modelo de negocio que permite resolver ese problema social. Los emprendedores sociales necesitan compromiso, empatía y mucha disciplina y perseverancia.

P. ¿Y cómo se actúa?
R. Con todos los nuevos modelos que combinan sostenibilidad económica e impacto social, introduciendo innovación en los dos aspectos. La innovación social puede existir desde sectores económicos que hasta ahora han estado separados: público, privado y tercer sector. Cada uno se había ocupado de una cosa, y ahora empiezan a aparecer áreas donde se pueden superponer.

P. ¿No son muchas cosas?
R. La clave está en la colaboración entre los distintos sectores que hasta ahora habían trabajado aisladamente, y en la inclusión de los ciudadanos en el proceso. Todos podemos ser el cambio y el reto es cómo fomentar que cada vez haya más personas y organizaciones pensando qué nuevos modelos se pueden aplicar. Ante la falta de recursos y los recortes hay que pensar en soluciones que no dependan únicamente de donaciones y subvenciones.

P. ¿La filantropía no conviene?
R. Depende del tipo de problema. Creo que hay cuestiones sociales que deben resolverse con dinero público y no reembolsable. Un país desarrollado no puede consentir, por ejemplo, que haya niños que pasan hambre o personas sin recursos que no tengan asistencia médica. Al mismo tiempo, creo que es importante pensar en cómo hacerlo de la manera más eficiente y promover la colaboración entre actores para maximizar el impacto con los recursos disponibles. Por otro lado, están los problemas que pueden resolverse con modelos híbridos, promoviendo la sostenibilidad económica. Queda mucho por explorar en este sentido.

P. Una mezcla.
R.  Exacto, una mezcla. Seguirá habiendo negocios solo con ánimo de lucro, y ONG que cubran necesidades donde no puede haber un modelo de negocio. Pero hay un área gris donde se puede innovar. Hay programas europeos en algunos países de África donde yo he trabajado, que donan alimentos ante situaciones de hambruna, y al mismo tiempo organizan programas de formación y de microcréditos que promueven la creación de pequeños negocios a nivel local. Se trata de empoderar a la gente para que sea su propia solución y reutilizar los recursos disponibles para tener más alcance. Para mí el gran reto es seguir explorando qué nuevos modelos se pueden aplicar para tener más alcance e incluir a todos los sectores en la solución.

P. ¿Fue eso lo que le llevó a crear Innovation for Social Change
R. S, había estado más de 10 años trabajando con modelos híbridos de ayuda al desarrollo. Como los microcréditos o los negocios inclusivos que buscan tener impacto social de forma económicamente sostenible. Después empecé a introducirme en el emprendimiento social y a responder una pregunta: ¿Qué tiene que ocurrir en la mente de las personas para que se dediquen a tener impacto con lo que hacen?

P. ¿Lo ha averiguado?
R. Sí: yo creo que los cambios empiezan en el interior de cada uno de nosotros, en tomar conciencia de que todos tenemos una parte de responsabilidad y en decidir asumirla. El siguiente paso es comprometernos y dedicar nuestras capacidades, tiempo y energía en algún proyecto que tenga impacto.

P. Claro, llevarlo a la práctica…
R. Podemos hacerlo en nuestro círculo más cercano, colaborando en plataformas ciudadanas, desde una ONG o desde una gran empresa. Pero todo parte de una decisión de compromiso, para mí ese es el gran cambio. No sólo podemos contribuir a mejorar el mundo, sino que además está demostrando que la solidaridad y tener ‘una misión’ nos hace más felices.

P. ¿Hay ese compromiso en empresas?
R. Si hablamos de empresas, los objetivos son sostenibilidad económica e impacto social. Puede ser desde abajo, como startup, o desde grandes multinacionales que están buscando maneras de generar impacto. El problema es que a menudo tenemos la idea de que todo lo que hagan alrededor del impacto social es por algún tipo de interés: reputación, marketing…

P. Es que muchas han convertido la Responsabilidad Social Corporativa en un mero maquillaje…
R. Para generar impacto tienes que estar comprometido con ese impacto, igual que para ser sostenible tienes que estar comprometido con la sostenibilidad. Es la mejor manera de que a largo plazo funcione. No es tan fácil si no tienes una verdadera convicción en lo que estás haciendo.

P. ¿Y la innovación social se la están creyendo?
R. Grandes multinacionales como Allianz, Coca-Cola o Natura se han unido para investigar cómo generar modelos de negocio que se llaman inclusivos, o con la base de la pirámide, para población en vías en desarrollo. Tanto desde el punto de vista de negocio, porque en ella vive la mayoría de la población mundial, como del impacto social.

P. Todo unido.
R. Hay un gran debate: ¿las empresas se interesan por esos 4.000 millones de personas que están fuera del mercado por la parte económica o buscan también impacto social? En los casos que yo estudio, hay distintos casos.

P. ¿Y cómo lo están haciendo?
R. Buscando alianzas con organizaciones del tercer sector. Las empresas conocen sus productos y servicios, pero a la hora de tener impacto, les falta cierta formación y capacidad en estos nuevos mercados y formas de funcionar.

P. Póngame un ejemplo.
R. Lo más conocido son los microcréditos, y también es a lo que más me he dedicado. Cómo puedes transformar tu manera de prestar dinero para poder integrar como clientes a personas de bajos recursos. En este caso se busca a una persona que cuenta con la confianza de la comunidad, para ver cómo puede transformar tu producto en algo viable para personas de bajos recursos.

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