La música es una de las formas fundamentales de expresión humana. En la escena musical actual no hay cabida para una simple clasificación de género, como decir “pop” o “rock”. Las fusiones rítmicas y todo lo que conllevan permiten que hoy podamos hablar de géneros como el “post-punk revival” o el “sabrosindie”.

La globalización ha permitido que los mexicanos podamos escuchar bandas de la escena underground danesa por ejemplo, e incluso ha influenciado la escena local en nuestras respectivas ciudades dentro del país.

Sin embargo, los estereotipos generados por el monstruo que representa la industria musical nos han alejado un poco de lo que puede ser una gran visión internacional para la creación de negocios paralelos que satisfagan necesidades particulares de esa industria.

A diferencia de la mayoría de los bienes de consumo que se pueden definir como bienes físicos o servicios específicos, la producción y comercialización de la música adopta diferentes formas. La música se puede comprar y vender como un producto tangible, pero también en un producto intangible, como lo son los derechos de autor.

Los principales países exportadores de música en el mundo son Estados Unidos y Gran Bretaña, quienes a lo largo de los años han mantenido los puestos de privilegio como máximos proveedores de contenido musical en el mercado global. Argentina y España se encuentran en los principales productores de música en español.

Asimismo, el crecimiento de países en vías de desarrollo y su importancia en la economía mundial han generado la expansión e internacionalización de productos musicales provenientes de países como Brasil, India, México, Turquía, así como la música andina, por mencionar un ejemplo.

Lo cierto es que para los gobiernos la música se está convirtiendo (si no es que ya lo era) en una herramienta de política exterior, que les permite acercarse a sus principales aliados, y por ende es una de las prioridades de algunos de los países más visionarios, quienes invierten cada vez más en la industria del entretenimiento, y particularmente en la música. Cabe destacar que diversos países cuentan con una agencia de exportación nacional usualmente relacionada a los ministerios de industria y exteriores con participación de cultura y de los agentes privados.

Recientemente estuve en un festival internacional de música, conocido principalmente en el continente americano, pero con visitantes de todas las fronteras. La vasta producción me hizo pensar en las excelentes oportunidades para industrias conexas a la música.

De entrada, los industriales restauranteros pueden encontrar grandes oportunidades e incluso ofrecer paquetes promocionales para cierto volumen de espectadores en los eventos. Incluso puedes invitar a alguna banda que visite la ciudad para que visite tu restaurant, y puedas utilizar esas imágenes como publicidad para atraer más clientes. ¿Quién no conoce los típicos restaurants llenos de fotos y autógrafos de artistas?… tal vez no es la mejor comida, pero el sólo hecho de tener la oportunidad de encontrarte algún famoso eventualmente te hace querer comer ahí… ¿o no?

La industria turística es otra que se ha visto altamente beneficiada. Un ejemplo claro puede ser Gran Bretaña, que ha logrado vender las imágenes necesarias para ser identificada con el rock. Me refiero por ejemplo a Abbey Road, una de las principales trademarks londinenses. Sheffield es otro ejemplo de ciudades que se han visto beneficiadas, al ser cuna de una de las principales y más controversiales bandas activas del país, los Arctic Monkeys.

De igual manera, la ciudad de Zaragoza en España incluso cuenta con un bar llamado “La estación del silencio”, donde pueden comprarse bebidas que nos harían recordar a nuestros adorados Héroes, incluso con sólo ver uno de los posters que se encuentran dentro del local; o qué decir de la guitarra de Carlos Santana  a la entrada de Autlán de Navarro, en Jalisco. Así es como las ciudades aprovechan la ventaja mercadológica de la industria musical para atraer el turismo y el comercio.

Me atrevo a mencionar que hay una extensa gama de oportunidades para empresas dedicadas a la logística y transportación. Es decir, las empresas que se encargan del transporte y manejo de mercancías; el contar con una empresa especializada en el manejo de instrumentos musicales y equipo de sonido es una excelente solución para los productores de eventos.

Empresas de outsourcing tendrían una gran oportunidad en este tipo de negocios, desde la renta de baños portátiles para los conciertos, hasta una empresa dedicada a la terciarización de servicios de limpieza, y qué decir de una empresa dedicada a la producción de eventos.

Por supuesto, para esto es necesario tener buenos contactos, infraestructura, pero sobre todo, tener un mentor o estar relacionado con alguna empresa en ese mundo, donde puedas primero aprender cómo se hace.

Así que la recomendación para ti es que, si eres un apasionado de la música y quieres generar negocios en este negocio billonario, te acerques a la escena musical actual. Visita bares, conoce grupos, y descubrirás necesidades que yacen y que no necesariamente implican que tengas un amplio conocimiento de managers o composiciones. Puedes ofrecer servicios generadores de excelentes eventos musicales, de los cuales, tú también podrás disfrutar después.  Rock on, baby!

@farideassadg

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