Los días previos a comenzar cualquier proyecto nuevo son, en la mayoría de los casos, días llenos de estrés y preocupaciones. Si no tuvimos una planeación previa que considerara el tiempo necesario (incluso para contratiempos), nos vamos a topar con detalles que pueden frustarnos mucho y hacernos pasar un mal rato. Pero, ¿quién quiere estar enojado o frustrado al iniciar un proyecto?

Al arrancar, es importante tomar las decisiones con la cabeza fría, considerando las opciones que tenemos a la mano, recursos disponibles, tiempos de entrega, cantidades de compra, y muchos factores más. Tomar esas decisiones no es fácil si estamos enojados o frustrados. 

Hay varias cosas que debemos esperar cuando estamos iniciando un proyecto nuevo:

  1. Algunos proveedores o gente involucrada te va a quedar mal
  2. Los gastos van a ser mayores a lo que se tiene presupuestado.
  3. Difícilmente el resultado inicial va a ser lo que tienes en mente.
  4. Va a necesitar más tiempo de lo que crees.
  5. Van a salir contratiempos que ni te habías imaginado.

Cualquiera de estas 5 cosas (y muchas más) pueden pasar de forma aislada o todas al mismo tiempo, y créanme que en esos momentos es posible que el estrés te lleve a enojarte, hacer rabietas, llorar del coraje, querer tirar la toalla y mucho más. 

Pero eso no sucederá si estás en la mentalidad correcta. Para poder evitar caer en una espiral de frustración y enojo piensa en lo siguiente:

  1. Identifica los pensamientos absurdos que te desata ese sentimiento y elimínalos. ¿De qué te sirve pensar que «Todo está saliendo mal. Hasta el clima está en mi contra. De por sí vamos atrasados y ahora se soltó lloviendo»? Suena ridículo pero es un pensamiento más frecuente de lo que pensamos. De repente todo está saliendo mal y somos las víctimas de una jugada del universo. ¡Suficiente! Detén todos esos pensamientos, deja de victimizarte.
  2. ¿Qué es lo que te causa ese sentimiento? ¿A caso es el hecho de que fue algo que pasaste por alto (culpabilidad), o que confiaste en alguien y te quedó mal, o que no hubo comunicación efectiva y debido a eso no sucedió lo que debía haber sucedido?
  3. Eliminando los pensamientos absurdos y tomando en cuenta el origen de ese sentimiento de frustración, es momento de entrar en perspectiva. No estoy diciendo que se trata de «ver el lado amable» de la situación, sino simplemente asimilar lo que sucedió como un hecho y liberarlo. Acéptalo, déjalo ir y comienza a actuar. Es totalmente válido enojarse si el proveedor no te entregó el material que necesitabas a tiempo; negocia con él y asegúrate si ya no hay nada que se pueda hacer para resolverlo. Habiendo hecho eso, déjalo ir; tómalo como una realidad. Si es necesario di en voz alta para ti mismo: «No tengo el material que necesito para comenzar», pero no permitas que esto te bloquee. Actúa. Muévete. Es momento de resolver el problema. 

Cada vez que pase algo que no esperas, date un minuto para hacer lo anterior. Haz lo que sea necesario para que físicamente manifiestes ese contratiempo. Después de ese tiempo, canaliza toda tu energía en IDENTIFICAR las razones por las cuales se generó el problema, PREVENIR que vuelva a suceder o afecte otras áreas del proyecto y, finalmente, RESOLVER el problema. Para eso:

1. Identifica la causa raíz del problema

  • ¿Qué causó este contratiempo?
  • ¿Quiénes estuvieron involucrados?
  • ¿Cómo se pudo haber evitado?

2. Prevé contratiempos similares

  • ¿La causa de este contratiempo, me va a afectar en algún otra área?
  • ¿Cómo evito que este contratiempo retrase otras áreas y tiempos del proyecto?
  • ¿La gente involucrada en el contratiempo anterior, en qué otros proyectos están involucrados? 
  • Verifica que la gente que te quedó mal no te vaya a quedar mal en otros entregables. 

3. Resuelve el problema

  • ¿Cómo se ve afectado mi producto/servicio final si no resuelvo este problema?
  • ¿Vale la pena hacer gastos no previstos para resolver este problema? ¿Cuánto es lo máximo que se le puede invertir?
  • ¿Cómo me va a afectar este problema? 
  • ¿Cómo lo resuelvo? 
  • ¿Qué recursos necesito para resolverlo?
  • ¿Existen otras alternativas que serían más rápidas, económicas o factibles? 
  • ¿Cómo evito que ya solucionado este problema específicamente, no suceda de nuevo?

Estas son algunas preguntas que te puedes hacer para identificar, prever, y resolver los contratiempos al arrancar tu proyecto. 

Ustedes, ¿cómo manejan el estrés y actúan al iniciar un proyecto? 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *