Muchas veces consideramos que emprender se trata de iniciar algo con total conciencia de qué esperamos de ello, si bien es importante hacer un análisis minucioso, también es importante escuchar lo que la conciencia nos dice, nuestra naturaleza muchas veces nos indica el camino correcto que debemos seguir, las decisiones que debemos tomar, sin embargo, la dejamos a un lado por no seguir ese instinto con el que hemos sido dotados.

Una vez que hemos definido el problema, para efectuar el estudio correcto de los componentes, es muy importante tener una condición clara de disensión entre el instinto, el análisis y el impulso, conocer la herramienta que nos llevará a consolidar decisiones correctas, puede ser crucial para un buen resultado.

La Real Academia Española, define la palabra instinto como un conjunto de pautas de reacción que, contribuyen a la conservación de la vida del individuo y de la especie; la palabra análisis es la distinción y separación de las partes de un todo hasta llegar a conocer sus principios o elementos; finalmente encontramos la palabra impulso como el deseo o motivo afectivo que induce a hacer algo de manera súbita, sin reflexionar.

En las definiciones anteriores, podemos observar claramente que hay una diferencia considerable entre cada palabra; debemos aprender a llevar nuestras decisiones a través de un filtro que permita distinguir qué es lo que nos lleva a la toma de decisiones.

Ahora, ¿Cómo sé que lo que estoy decidiendo es lo correcto?

Partamos de la base, que no todo en este mundo es una verdad absoluta, pero nuestra naturaleza sabe perfectamente cuando algo nos lleva a un resultado efectivo o a una verdadera catástrofe.

Si bien es importante pedir consejo y escuchar aquellas mentes experimentadas, también es sustancial no ceder la batuta en ningún momento, dar oídos atentos, no significa que nos apartamos para que alguien tome nuestro lugar y así desentendernos de la situación.

Analiza, este desglose metódico de considerar cada mínima parte que compone un sistema, es esencial para un buen desarrollo, necesitamos examinar esmeradamente cada dato y reconocer si es verdaderamente útil tanto de forma individual como en conjunto. Generalmente esto nos lleva a un proceso totalmente metódico, que en ocasiones no nos permite ver la naturaleza de las cosas, y es aquí donde necesitamos conjuntar los esfuerzos en la medida que sea factible.

Esa voz interna que muchas veces nos mueve a acciones concretas, es aquella que debemos conocer más que todas las voces que nos rodean, esa capacidad de distinguir si el negocio será fructífero, si la estrategia es la adecuada o si la decisión de expandir o disminuir horizontes es adecuada. Habitualmente, esta voz va adquiriendo conocimientos a través el desarrollo humano, aprendizaje básico como identificar algún obstáculo en el camino, tropezar y al siguiente, esquivarlo; no dando lugar a la necedad o la evasión de soluciones lógicas.

La reflexión, paciencia y tenacidad, son y serán factores que nos lleven a resultados excelentes, son la llave del éxito que nos permitirán trascender y dejar huella en el mundo.

@ccharragae

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