Fabián García

Si dijéramos que Fabián García es gerente de Reputación y Responsabilidad Corporativas de Telefónica, que es como empezar por arriba, a cada uno le vendrá a la cabeza lo que llaman la imagen de marca, que es esa nebulosa de recuerdos y emociones vinculados a ella. Unos pocos avezados se imaginarán a un tipo tieso y encorsetado en su despacho de la última planta, sabiendo que a menudo ‘corporativo’ va antes que ‘social’ – justo al revés del título – , y que el susodicho se dedica, con sus superiores,  a medir el panorama y a decidir a qué organizaciones benéficas va el dinero este año.

Pero no, ese no es Fabián García. Podría haberlo sido, ¿quizá en otra vida?, pero no en esta. Ocupa el mismo cargo, pero es el principal creador de HackForGood, el mayor hackathon de innovación social en España, que se celebró el pasado mes de abril por segundo año consecutivo. Así, empezando por lo pequeño, es más interesante. También él mide el panorama, claro, pero lo hace de otra manera.

“El año pasado nos juntamos unos cuantos inquietos y pensamos cómo utilizar algo que tenía unas posibilidades inmensas, todos estos hackers universitarios, desarrolladores, programadores… Gente inquieta alrededor del mundo de los retos sociales”, recuerda.

El mismo año, 2013, fue la primera edición, así que dicho y hecho. Se llevó a cabo con el apoyo de Telefónica, la Escuela Superior de Ingenieros de Telecomunicación de la UPM, Fundación Hazloposible y Mashme TV. Se celebró al mismo tiempo en seis ciudades españolas y participaron 400 hackers.

“Nos sorprendió el alcance que tuvo. Quisimos empezar con cierta fuerza en un evento que fuera simultáneo en varias ciudades, y llevó un trabajo de organización”, explica. Este año fue a comienzos de abril en 8 ciudades, con 600 partipantes. Ganó Showleap, que fue presentado en Valencia.

“Showleap es un señor proyecto. Son tres personas que se juntaron este par de días, y utilizan tecnología para leer gestos del cuerpo y las manos delante de un ordenador. Su misión es que el lenguaje de signos sea reconocido de viva voz, que cualquiera pueda entender lo que está diciendo. Utilizan una tecnología ya desarrollada y la adaptan a su visión. Ahora se están reuniendo todos los fines de semana para continuar desarrollando el proyecto y hacer algo más”, comenta García.

Los retos
HackForGood funciona con base a retos sociales, que se plantean en la propia web antes del evento. Este año hubo cerca de 100 retos.

“Nosotros damos incentivos para que estos retos se seleccionen, algunos se presentan durante el evento, y los hackers que participan los eligen. Este año hemos dado prioridad a la empleabilidad y la educación, el año pasado al envejecimiento de la poblacíón y discapacidad, pero tampoco ponemos mucha cortapisa en eso. Algunos retos son buenísimos, otros muy locos, pero en sí mismos son un tesoro y queremos ver cómo aprovecharlo”, afirma.

Para Fabián García, una de las razones del éxito de HackForGood se debe a su variedad y apertura. “Además de esas cuatro entidades, que son la cabeza visible con un cierto liderazgo distribuido, hay unas cincuenta personas en la organización. Unos aportan diseño web, otros social media…”. Y una mención especial para las escuelas de diseño: “En el evento de Madrid había más diseñadores que programadores, y esa mezcla te da una creatividad mayor y de ahí surgen las grandes ideas”.

Unas de las cosas que siempre comentan es que HackForGood no acaba el fin de semana: se busca dar continuidad a los proyectos, sobre todo a los ganadores y aquellos con más posibilidades. Además de los premios en metálico, pueden continuar con algún programa de emprendimiento de Telefónica. Showleap es un ejemplo, y está dentro del programa Think Big con el que además de conseguir 3,000 euros de financiación, cuentan con tres mentores de alta calidad en finanzas, marketing y tecnología. También Wayra les ofrece formación y mentorización a estos proyectos, dándoles espacio y financiación adicional con el objetivo de convertirse en una startup.

«Cuando estás inmerso en este tipo de eventos, ves que la gente se mete en estos temas con muchísima profundidad», comenta García. Y concluye: «Hay que darles una oportunidad».

Por: Carlos Guerra || La Caja Abierta

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