emprender

De acuerdo a datos de Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en México, el 28% de los 29.7 millones de jóvenes registrados en el 2010 no contaban con una fuente de empleo y educación. ¿Qué opciones existen para este sector?, ¿emprender es una respuesta para ellos?

Es frecuente que quienes se encuentran por concluir su carrera profesional deciden continuar con su educación ya sea a nivel profesional, opten por realizar una estancia en el extranjero o fuera de su entidad federativa, o estudien un tercer idioma adicional al inglés.

Dichas decisiones dejan en evidencia que, como futuros profesionales, reconocen su entorno y comprenden que compiten no solo con profesionales egresados de la misma institución educativa, sino con jóvenes radicados en su ciudad, estado, país y continente. Están pues, en un escenario global, que día con día les exige más y mejores habilidades profesionales.

Esto sin embargo, no responde a las expectativas de nuestros jóvenes, pues en el camino muchos se han quedado sin opción, incluso aquellos que han concluido su educación superior. ¿Qué opciones tienen?, ¿qué buscan?, ¿dónde queda reflejada la inversión que el Estado realiza en educación?

Para intentar dar respuesta a estas preguntas, me permito retomar la opinión de expertos que coinciden con el hecho de que el concepto de universitario y empleado dejó de ser suficiente para las nuevas generaciones.

Como en muchos países, los jóvenes aspiran al éxito y buscan alcanzarlo a través del desarrollo de proyectos que les permitan la administración del tiempo de acuerdo a sus intereses y de acuerdo a lo que les apasiona. Sí, el emprendimiento es la respuesta.

A nivel internacional, el emprendimiento se ha convertido en una opción de desarrollo profesional para la sociedad en general, en particular para los jóvenes, quienes han transitado por una evolución del concepto de trabajo y su libertad.

De acuerdo a los estudios del Monitor Global del Emprendimiento, durante el 2012 en México el 45% de la población mayor de 18 años percibía buenas oportunidades para iniciar un negocio. 65% de ellos consideró que contaba con el conocimiento y las habilidades necesarias para hacerlo. Y solo un 26% de todos ellos, consideró que su único impedimento para hacerlo es el miedo.

Según este estudio, el escenario para el emprendimiento en México es adecuado, pues la Tasa de Emprendimiento Naciente pasó de 10% en el 2010 a un 12% en el 2012. Si se incluye a los emprendedores ya establecidos, esta tasa se incrementa hasta un 16.5%, de los cuales, el 8% tiene ya una empresa naciente, 4% tiene una empresa nueva y el 5% una empresa establecida.

Los jóvenes de 18 a 24 años incrementaron su participación del 14% en el 2010 al 18% en el 2012. Es relevante destacar que el 18% de ellos manifiestó que la razón principal para emprender, fue la necesidad.

A pesar de que los niveles de emprendimiento en México han mejorado, al compararlo con  economías similares de Latinoamérica como Chile, Colombia, Ecuador y Perú, vemos que aún son incipientes, pues su tasa de emprendimiento es en promedio del 20% con respecto a su población adulta.

Es evidente que el emprendimiento resulta  una respuesta para los jóvenes. Sin embargo, es también una oportunidad para el sector público. ¿Qué diferencia existe, entre nuestra economía, y países como Noruega, Japón, Alemania y Estados Unidos? De enlistarlas, quizás nos adentraríamos en un debate interesante. Permítanme, pues, destacar al menos algunas características principales con relación a sus jóvenes, la universidad y la innovación.

No es sorpresa para muchos de nosotros, que estos países hayan basado su economía en la innovación, y hayan apostado por la inversión a instituciones de educación superior y centros de investigación, que les permiten desarrollar productos y/o servicios factibles de comercializarse.

La sinergia que existe entre estos componentes y el desarrollo de empresas con capacidad de innovación podría ser una respuesta para nuestros jóvenes y para el fortalecimiento de nuestra economía. Por esta razón considero que la formulación de políticas públicas debe considerar el desarrollo de un ecosistema emprendedor acorde a las necesidades de nuestros jóvenes.

La evidencia a nivel internacional es basta, así como las consecuencias del mal uso del tiempo de aquellos jóvenes que no han encontrado una opción.

Por: Yrasema Cruz. @yrasemacruz. Empresaria mexicana apasionada por el emprendimiento social.

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