Networking

Ideas, estrategias, modelos de negocio, prototipos… así nace un proyecto emprendedor; sin embargo, es la única etapa del emprendimiento que se lleva a cabo de adentro hacia afuera, o al menos debería de serlo.

A partir de este momento, cada emprendimiento toma forma a partir de un sinfín de variables externas, tanto para validar su viabilidad (mercado meta, competencia, entorno económico, etc.) como para su puesta en marcha (socios, alianzas, inversión). Es decir, se desarrolla de afuera hacia adentro.

Es por ello que es vital para el éxito de un proyecto y de su emprendedor abrir fronteras, e incluso ir más allá y partir en busca de lo que el entorno tiene que ofrecer para su beneficio. Al fin y al cabo, como dice el dicho, los que buscan son los que encuentran.

El networking es una herramienta personal, probablemente la más poderosa en el amplio mundo de los negocios, ya que es el mejor medio para abrir y proyectar oportunidades. También es una habilidad que se adquiere a través de la experiencia y de la práctica, aunque no siempre es fácil de dominar. A continuación unos conceptos básicos para entender y ejecutar networking de una manera efectiva.

Enfoque

Antes de iniciar con la búsqueda de contactos y nuevas puertas, es necesario estar consciente del fin con el que esto se va realizar, y por supuesto considerar qué puede ser lo más beneficioso para mi causa, a la hora de plantarme ante una situación de networking. A veces suele ser más efectivo representar a una empresa/proyecto (mejor aún si es propia) que a uno mismo como individuo, depende de lo que se busque y de la contraparte a la que se quiere conocer.

No a la cotidianidad

El primer paso para un buen networking es, al igual que en el emprendimiento, salir de la zona de confort, es decir salir de lo usual, lo común y lo cotidiano. Procurar un estilo de vida variado y activo. Visitar nuevos lugares y practicar experiencias diferentes resulta excelente para conocer personas nuevas y abrir oportunidades inesperadas.

Conexiones

Trabajar en redes de contactos propias implica exactamente eso: trabajar. No se trata únicamente de hacer contactos o recolectar tarjetas de presentación, sino de generar conexiones y propiciar relaciones. Estas se han de construir con el tiempo, y bien trabajadas idealmente depararán sensaciones de confianza y amistad, otorgando aún más oportunidades para las partes. Hay una gran amplitud de frentes mediante los cuales se pueden construir y consolidar conexiones, más allá de los negocios.

Tiempo

Es el “enemigo” de todo emprendedor, ejecutivo, empresario u hombre de negocios en general. Es cierto que la construcción de diversas relaciones significa una buena cantidad de tiempo, y es por ello que se debe ser muy estratégico a la hora de seleccionar y priorizar la inversión de este recurso según las necesidades propias. Cabe resaltar que el propósito último del networking es el de buscar y abrir nuevas oportunidades, y no necesariamente exigir o proveer un apoyo eventualmente.

La primera impresión es esencial

Expertos en el tema concuerdan en que el primer contacto entre dos partes define en gran mayoría de las ocasiones el éxito de las relaciones a futuro. Entre más alto sea el nivel de jerarquía o poder (económico) de los involucrados, más riguroso será el primer escaneo o análisis y, por ende, más cuidadoso y atinado se debe ser a la hora de presentarse. No obstante, esto no debe ser motivo para evitar el contacto.

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